jueves, 30 de abril de 2009

La Morrigan

El año de mi undécimo cumpleaños mis padres decidieron mudarse a un pueblo perdido entre las montañas.

Apenas cinco dias después,cuando aburrido desde la ventana de mi habitación,observaba a los niños del pueblo pegar patadas a un mugriento y desinflado balón y contemplaba la posibilidad de intentar unirme a ellos dejando de lado mi actual estado de mal humor,fue cuando una luz en la casa de enfrente llamó mi atención.

Y entonces,la ví a ella,no voy a soltar aquello de que era la chica mas guapa que jamás había visto...por supuesto que tampoco era fea....era sencillamente...diferente...había visto el suficiente mundo para saber que ese tipo de persona se denominaban goticos.

Durante un tiempo que no supe determinar no pude apartar los ojos de ella embelesado por su belleza distinta mientras ella liaba algo que yo sabía que denominaban porro.

Su piel nacarada,su pelo lacío y largo,sus labios pintados de negro y adornados por un piercing y sus finas y largas manos decoradas por unas cortas uñas pintadas de negro.

En ese momento supe que cambiaría cualquier juego con los niños del pueblo por espiarla desde mi ventana.

Enseguida comprendí que evidentemente era desaprobada en el pueblo,nadie la conocía,pero escandalizaba a todo el mundo,que la tomaban por una adoradora del diablo o cualquier otro bicho raro.

Me divertía y exasperaba al mismo tiempo escuchar la cháchara de las alcahuetas de las que había comenzado a rodearse mi madre,cuchicheando y mirandola de soslayo mientras ella tomaba tranquilamente su capuccino,acompañado de su cigarro,observando con calma a la gente a su alrededor.Su rostro era el de una persona conocedora de su diferencia y de los murmullos que levantaba a su paso,dandole absolutamente lo mismo sabedora del respeto despreciativo que por miedo e incomprensión infundía.

De repente observé que miraba ceñuda,con cara de enfado hacia un lateral de la barra,llevé hacia allí rapidamente mis ojos y ví como un señor adulto hablaba con una niña de mi edad,hubiera sido una escena normal,si no hubiera sido por la cara de baboso del señor,la profunda tristeza e incomodidad de la niña y la manera en que la tocaba,sin nada que delatara sus autenticas motivaciones,pero haciendote pensar mal al mismo tiempo.También sabía como se llamaba aquello.

Observe como ella se levantaba y seguía al señor hasta los ascensores que subían al ático donde estaban situados los baños.Fue la última vez que la ví aquella tarde antes de leer los titulares de la prensa local a la siguente mañana.

Morrigan se coló en el ascensor cuando este estuvo a punto de cerrarse,observó al cerdo canoso de reojo con una media sonrisa de indulgencia con las manos a la espalda,y al tiempo que disimulaba balanceandose levemente sobre sus pies,sacó de entre el tul de su falda un pañuelo blanco y un pequeño tarro de cloroformo que desenroscó habilmente volcando el contenido en el pañuelo.

Al pavo no le dio tiempo a reaccionar,le tapó la boca sujetandole con fuerza y llevandoselo con ella al suelo hasta que dejó de luchar.

Lo primero que sintió el viejo depravado al despertar es que estaba atado a una silla con fuertes nudos que laceraban su piel,y lo que distinguió a ver,le hizo despertar de golpe,abriendo tanto los ojos que parecía que fueran a salirsele de las órbitas.

Desde luego que se le saldrían,frente a él estaba Morrigan blandiendo una polla de goma digna de cualquier película porno con negrazo de prota.

Mi madre me quitó escandalizada el periódico de las manos,gritandome no sé que cosa,mientras me atizaba con él en la cabeza.Sólo distinguí a entrever algo de un crimen sexual y sobretodo reconocí al tio de la foto.No supe muy bien que pensar.

El domingo que ella entró en la iglesia en mitad de la misa,hizo enmudecer al cura y generar una ola de murmullos que tuvo que acallar el padre mientras ella se sentaba en la última fila de los bancos de la iglesia.

Aquel fue el último sermón del Padre Custos,cuando lo encontraron no quedaban mas que jirones de carne sueltos.

Recuerdo que dejé a Morrigan en vida del padre Custos,allí sentada en aquel banco mientras que todos salian en estampida de la iglesia una vez terminada la misa.

Lo que la gente del pueblo no sabía y Morrigan sí,es que aquel cura había cambiado las carreras legales de galgos por las ilegales y se había metido de lleno en esas carreras y las peleas de perros,llegando incluso a poseer sus propios galgos,maltratarlos cuando perdian e incluso ahorcarlos cuando ya no servían.

Y retomando la muerte de Jezabel en la biblia,presciendiendo de las ventanas,fue como el padre Custos despertó en el granero que su hermano utilizaba para las peleas de perros.Hincado en el suelo de rodillas y exposado en cruz con cadenas en las manos frente a dos rottweiler con hambre atrasada de una semana,que se dieron el festín de su vida,mientras el hermano del cura tenía la música a toda pastilla para acallar los gritos de placer de la novia de su hijo a la que se estaba follando mientras su hijo arreglaba una extraña avería en una carretera perdida...pero de eso ya se ocuparía en otra ocasión.

Después de aquel episodio mi interes por Morrigan se hizo enfermizo,la vigilaba constantemente,me parecía extraño que con todos los ojos que ella tenía encima,nadie se hubiera dado cuenta,claro que todos quedaban tan cegados por las turbias verdades tras los asesinatos que no había cabida para nada más.

Una noche que Morrigan salió a toda leche de su casa,me decidí a seguirla,sus pasos la llevaron a un callejón,los mios,en la acera de enfrente me situaron a su espalda viendo la misma escena que ella.
Zach,el hermano del padre Custos le estaba propinando una tremenda paliza al mariquita más popular del pueblo.

No sé lo que pasó exactamente,mis ojos alcanzaron a ver una botella de vidrio vacía que se rompió en manos de Morrigan al ser golpeada contra un contenedor de basura.

Eso fue lo que llamó atención de Zach,casi al instante,Morrigan se abalanzó sobre él,tumbandole de un soberano bofetón que me hizo soltar una exclamación de sorpresa.

El hecho es que el muchacho no alcanzó a ver la botella contra la que se golpeó Zach al caer haciendole una buena brecha y quedandose pedacitos de vidrio adheridos a su cuero cabelludo,dejandole incosciente.

Después observó ceñudo como Morrigan comenzó a maniobrar a la altura de la cintura del hombre con el cuello de la botella roto que aún tenía en su mano,cuando ella marchó a la carrera,él también lo hizo.

Cuando Zach despertó en el hospital,tardó un poco de tiempo en darse cuenta,debido a la anestesia que le faltaba un trozo de su anatomía imposible de recomponer de momento debido a que el trozo de carne en cuestión no había aparecido.

Poco tiempo después,el hijo de Zach recibió un paquete con la polla mutilada de su padre y una foto en la que se lo montaba con su dulce y joven novia.Ni que decir hace falta de que el miembro acabó siendo pedacitos y era probable que Zach perdiese algo más de su anatomía.

Sinceramente no sabía que pensar de Morrigan,por un lado me encontraba horrorizado,pero por el otro era mi heroína.Y allí me encontraba confuso en mis pensamientos,agazapado tras unos arbustos mientras ella se fumaba uno de sus porros sentada en su porche traseso,cuando una figura inconfundible de materializó de la nada....no,no es que apareciese sin más....se materializo despacio como un fantasma..pero no era un fantasma...su capa negra,su capucha y guadaña eran inconfundibles,¡pero no podía ser!,Halloween quedaba muy lejos...¡vaya!...tendría que darle la razón a su madre tanto helado a escondidas no era bueno..pero no...observo como una mano huesuda le extendía a Morrigan como una nota que ella tomó con cara de fastidio,acto después desapareció.

Me hundí entre os arbustos tremendamente escandalizado y confuso,intentando ordenar en mi cabeza toda la información que conseguía procesar.

Me alcé un poco para ver que hacía Morrigan y me llevé el susto del siglo soltando un grito y cayendome de culo al encontrarmela a un palmo de narices,me sonrió y se puso un dedo en los labios a modo de silencio antes de darse la vuelta y dejarme allí tirado con un palmo de narices.

Ni que decir tiene que la criminalidad en el pueblo se sostuvo un tiempo más mientras que Morrigan y yo sosteniamos miradas y sonrisas complices que nadie comprendía y me hacían sentir el tio mas importante del pueblo.

El día de mi vigesimo primer cumpleaños,estando ya en la universidad y lejos del pueblo y de Morrigan,recibí un regalo muy especial.

Un sobre gris y sin remite que contenía un nombre y en donde se me explicaba que había sido elegido para una tarea singular,a partir de ahora y sin opciones sería un nuevo feudatario de la muerte,firmado como no....La Muerte.

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